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Cuáles son los secretos para innovar, según el fundador de Shazam

Florencia Radici Forbes Staff

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Chris Barton, que también trabajó en Google y Dropbox, y está lanzando su propio emprendimiento, explica las habilidades que requiere la innovación hoy en día y hacia dónde va la inteligencia artificial.

7 Agosto de 2024 06.45

“Cuando se me ocurrió la idea de identificar música, todos me dijeron que era imposible. Entonces me embarqué en el camino para hacerlo posible no solo a través de una, sino de varias innovaciones. Seguí inventando cosas nuevas y aprendiendo de grandes innovadores durante mis ocho años en Google, cuatro años en Dropbox y como fundador de mi compañía nueva, Guard”. Así se define en su sitio web (www.chrisjbarton.com) Chris Barton, fundador y primer CEO de Shazam, la aplicación que al “escuchar” una canción identificaba su nombre y artista, y que en 2018 fue adquirida por Apple en una cifra estimada de US$ 400 millones. Con 12 patentes registradas, Barton es también inversor en startups y speaker motivacional.

¿Cómo definís la innovación?

Para mí, la innovación va más allá de tener una idea. Muchas de las ideas actuales surgen de combinar dos ideas para crear algo nuevo. Pero la idea es solo una parte. Para mí, la innovación es tomar una idea increíble y llevarla más allá de sus límites para acercarla a las personas y crear una mejor solución. La innovación está en todo. Siempre la asociamos con la tecnología y la innovación de productos, pero podés innovar tu empresa, tu modelo de negocio, la experiencia del cliente, los procesos dentro de tu empresa u organización, todo es una oportunidad de innovar. La clave está en empezar de cero.

La innovación tiene distintos significados, pero, ¿qué significa hoy en día para una empresa? ¿Qué tiene que hacer una empresa para ser innovadora?

Hay dos categorías para que una empresa sea innovadora. Primero, que piense en su futuro y en qué puede cambiar o alterar, así le decimos nosotros, para revolucionar su negocio o su área de negocios. A mí me gusta preguntarme qué podría hacer otra empresa, qué podría hacer otro emprendedor. Eso podría hacer que tus acciones e ideas se vuelvan irrelevantes. Esa es la primera categoría de la innovación: la alteración. ¿Qué significa para una empresa? Hacer las cosas de un modo distinto a como está acostumbrada: buscar ideas nuevas, probarlas, estar abierta al cambio. La segunda categoría es la mejora continua. Siempre es posible mejorar las cosas. La empresa, los procesos, o la forma de hacer las cosas, en que se entregan los productos y en que los clientes se relacionan con el producto. Hay muchas oportunidades de mejorar tu empresa. Esas son dos categorías muy amplias. Pero la clave es estar dispuestos a salir de nuestra zona de confort. Muchas veces, las empresas emergentes están dispuestas a arriesgarse, pero eso va en contra de lo que suelen hacer las empresas establecidas, de los modelos de negocio usuales, de cómo se entregan los productos. Y como esas ideas son tan disruptivas, incomodan a las empresas establecidas, por lo que las ignoran. Esa es la clave: buscar oportunidades de alterar el modelo conocido y de mejorar todo lo que se pueda.

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¿Podés comentarnos algo sobre “Start from zero”?

Es un eslogan, es como mi marca. Soy orador profesional y me enfoco en contar cómo creé Shazam. Me gusta hablar de los aprendizajes que dejan la resiliencia, la innovación, la inteligencia artificial, la tecnología, y qué pueden aprender de ellas las empresas, las organizaciones y los emprendedores. Start from zero es el eslogan que le di a esta metodología, a esta forma distinta de pensar que yo creo que es fundamental para innovar. Y es muy simple: existen muchos límites, límites que no nos atrevemos a superar y nos impiden ser innovadores. Por ejemplo, cuando pensamos una idea nueva, la pensamos en función de cosas que ya conocemos, de lo que nos resulta normal, y eso nos limita. Otra cuestión es que, cuando pensamos una idea nueva, nos enfrentamos a obstáculos que nos impiden llevarla a cabo, y nos rendimos o cedemos, no nos arriesgamos. Y esos obstáculos nos hacen abandonar la idea y dejamos de innovar, no encontramos la forma de superarlos. El problema de muchas organizaciones es que la respuesta más fácil es decir que no. Y eso detiene todo el proceso de innovación. Y solemos ceder ante ese obstáculo a pesar de estar convencidos porque la resistencia de quienes son parte de la organización y no creen en esa idea es muy apabullante. Entonces, hay distintas formas de pensar que considero fundamentales para innovar. Mucho de lo que menciono lo aprendí como fundador y CEO de Shazam, la empresa que creé. Pero también de mis años en el área de dispositivos móviles de Google cuando era una empresa privada, antes de que se volviera pública, y de trabajar en Dropbox.

Dentro de una organización, ¿qué habilidades es necesario tener hoy en día en las áreas dedicadas a la innovación?

Una habilidad importante en enfocarse en los objetivos. ¿Qué querés lograr? No hablo solo de mirar qué hace tu empresa hoy, sino de cuáles son las metas fundamentales. ¿Cuáles son las metas que te llevarán a lograr el éxito con los clientes? ¿La velocidad, la simpleza, la facilidad de los procesos? Entender qué quiere el cliente es una habilidad fundamental y es básico para innovar. Otra habilidad es confiar en los equipos y miembros de la organización, y darles las herramientas para mejorar las cosas. Suelo dar este ejemplo: el departamento legal de Google tuvo una idea innovadora que ayudó a la empresa a ser más rápida. Y la realidad es que no es algo que suela hacer el departamento legal. Por último, hay un aspecto cultural al momento de desbloquear el cambio. Poder cambiar cómo hacemos las cosas es la clave de la innovación. Muchas veces, dentro de una organización, hay obstáculos naturales. Es importante desbloquear eso. Y una última cosa. Cuando lográs el éxito gracias a la innovación de procesos, tenés que defenderlos y mostrarles a los empleados que arriesgarse por mejorar las cosas vale la pena.

En la actualidad, mediante la innovación y los datos que tenemos disponibles, ¿es posible anticipar las necesidades de los usuarios, los consumidores, los clientes?

La realidad es que es muy difícil predecir el futuro, puede fallar. Pero sí creo que es posible anticipar. ¿Cómo? Poniéndote en el lugar de los clientes y pensando cuál sería la solución perfecta para sus necesidades. A veces, cuando investigás qué opinan o necesitan los clientes, no encontrás la respuesta. Pero es importante escuchar su opinión y leer entre líneas para identificar cuáles son sus inquietudes principales, qué valoran más, qué cosas les importan. Porque el objetivo es hacer feliz al cliente. Tenés que entender qué quieren. ¿Buscan una experiencia veloz? En sus comienzos, Google identificó la velocidad como factor fundamental. Eso lo llevó a lograr el éxito y ganarle a Microsoft. En cambio, Dropbox identificó la sincronización. Trabajé para ambas empresas. La sincronización fue clave para crear una experiencia cohesiva en la nube. En esos casos que mencioné, Google y Dropbox identificaron cuál era la solución perfecta para sus clientes y qué buscaban. Cuando entendés qué buscan los clientes, esa información te permite anticipar qué productos o servicios van a desear en el futuro.

Cuando creaste Shazam, la inteligencia artificial no era una herramienta común. ¿Qué opinás de este tipo de tecnología en la actualidad? ¿Cómo creés que va a seguir evolucionando?

Shazam es un ejemplo de IA apenas empezó. Hace 24 años, cuando arrancamos con la empresa, era muy adelantada para la época. La inteligencia artificial ha evolucionado muchísimo. Es una categoría muy amplia. La forma en que la utilizamos también ha evolucionado mucho. Muchas de las cosas actuales se relacionan con el deep learning, la IA generativa. Estos son casos de uso, es tecnología nueva. El punto común entre los distintos casos exitosos de implementación de IA es lo que hizo Shazam hace algunos años: enfocarse primero en qué le gustaría ver al cliente, no en la IA. Si no hubiera límites, ¿cómo sería una buena experiencia? Si no hubiera límites, ¿cómo mejorarías la vida de alguien? Ese es el punto de partida y lo que hicimos con Shazam. Después, vimos cómo nos podía ayudar la IA en ese momento. En algunos casos, tuvimos que enfocarnos en las innovaciones tecnológicas que nos permitirían crear esa experiencia única para el cliente. Eso fue lo que hicimos con Shazam. Y ese aprendizaje puede aplicarse a cualquier empresa, a cualquiera que quiera implementar la IA hoy en día. No se trata solo de usar la IA, sino de enfocarse en que va a revolucionar tu empresa, que va a mejorar la vida de los clientes, que va a llevar a tu empresa al siguiente nivel. Y luego analizar cómo innovar con IA para lograr esas metas.

Hay que tener un objetivo, un propósito… 

La meta no puede ser usar la IA. Eso no genera éxito. La meta debe enfocarse primero en cuál es el objetivo ideal, en cuál es la solución ideal, y en cómo podemos usar la IA, cómo podemos innovar con ella para lograr esa solución ideal. Y quizá eso se refleje en hacer cosas que son poco obvias, quizá tengamos que ser más creativos y pensar de forma innovadora.

¿Cuáles son los desafíos principales para las empresas y las personas?

Una de las cosas más difíciles de lograr para una empresa es cambiar el comportamiento. Me refiero al comportamiento de los clientes, de los empleados, de los socios, los proveedores, etc. Los humanos somos animales de costumbre. Muchas de las historias de éxito tienen que ver con una innovación que crea una solución mejor sin tener que modificar el comportamiento. Cambiar el comportamiento puede ser útil y la realidad es que la IA requiere un cambio de comportamiento. Ese es un desafío fundamental porque la forma de trabajar de las personas va a cambiar. Con las computadoras e internet, la forma de trabajar cambia significativamente en comparación a cuando trabajábamos con papel. Pasa lo mismo con la IA, es un cambio radical, va a revolucionar las herramientas que las personas usan. Y lo importante va a ser que tus empleados, que los equipos que buscan mejorar la experiencia del cliente y de la empresa puedan cambiar su comportamiento para aprovechar la IA al máximo.

Cuando imaginaste Shazam, viste que había un problema que había que resolver: ¿qué canción estoy escuchando? ¿Cómo pensaste la monetización? 

Pensamos en el dinero desde el principio. Como empresa emergente, había que tener una historia para contar. Lo que creamos no era solo un producto o una función, era un negocio. Parte de nuestra innovación era identificar la canción. Pero la otra era el modelo de negocio. Arrancamos con uno, pero terminamos con otro. Lo cambiamos varias veces, cuatro o cinco a lo largo de los años. Arrancamos cobrando el servicio, luego implementamos las licencias, la venta de música digital, las suscripciones, y terminamos con publicidad. Fuimos cambiando el modelo de negocio a medida que evolucionó la tecnología y la industria. Teníamos que seguirle el ritmo al cambio. Definitivamente, el modelo de negocio y la ganancia monetaria fueron parte esencial de nuestra visión. Pasa lo mismo con cualquier empresa que usa la IA. Cuando innovás, tenés que pensar cómo impacta en tu empresa, cómo la implementación de la IA va a influir en la economía de tu empresa.

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¿Qué podés contar de Guard, tu nueva empresa? 

Recién comenzamos, estamos en la fase semilla. Es una empresa emergente impulsada por la acción: su meta es evitar ahogamientos en piletas usando la inteligencia artificial. La idea es instalar un dispositivo en las piletas y usar visión artificial con IA para detectar si alguien se está ahogando. En ese caso, se enciende una alarma. Me estoy enfocando en desarrollar la propiedad intelectual y evaluar la viabilidad de distintas implementaciones, entre otras cosas.

¿Qué le dirías a una persona que se siente estancada en el trabajo o en su vida personal?

Si te sentís estancado, tenés que saber que es algo muy común, a todos nos pasa. Pero cuando hacés algo que te importa, hacés lo necesario para lograrlo. Para eso, tenés que hacer algo que te importe a nivel personal. ¿Cómo? Tenés que pensar en cómo lo que hacés impacta en la vida de otros. Y así podés sentir cómo cambiás la vida de las personas. Cuando pasa eso, tu trabajo se vuelve importante porque ves que lo que hacés mejora la vida de otros. Todos valoramos las soluciones que mejoran nuestra vida, y eso influye en nuestra motivación a nivel emocional. Eso es lo que te incentiva a trabajar, a pensar de forma creativa y a superar los obstáculos para lograr algo increíble.

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