En la vida diaria tanto profesional como personal los errores humanos son inevitables, según Alfredo Pajés, experto en liderazgo y gestión de equipos, coach y mentor en el mundo corporativo y deportivo y estos errores pueden ser voluntarios o involuntarios siendo el producto de decisiones conscientes o subconscientes.
Pajés explicó que en promedio las personas toman alrededor de 30.000 decisiones al día, muchas de ellas de manera subconsciente, lo que deja expuesto a equivocaciones inevitables debido a la propia naturaleza imperfecta del individuo humano. La neurociencia respalda esta perspectiva, señalando que la capacidad para tomar decisiones y analizar situaciones es una característica que nos diferencia de otras especies.
“Si algo tenemos la especie humana y que nos diferencia de otras es la capacidad de usar nuestro intelecto para hacer cosas, analizarlas y tomar decisiones, así como la libertad de marcarnos objetivos. Justamente por estas razones y al no ser perfectos, estamos sujetos a cometer errores en cualquier ámbito de nuestra vida”, expresó el experto.
Según Alfredo Pajés, el ser humano comete errores voluntaria o involuntariamente, esto siendo el resultado de un proceso mal diseñado, errores operativos u otros. Estas pueden ser exponenciadas por variables cómo la tensión mental, la cantidad de información que se debe procesar, el número de decisiones que se deben tomar, la falta de experiencia o conocimientos, la escasez en ciertas habilidades o potencialidades, los malos hábitos, la comprensión mental deficiente, el estrés personal o del ambiente, líderes inflexibles ante equivocaciones, etc.
Las mejores soluciones de error humano son aquellas diseñadas y construidas desde el aprendizaje que hacen que la tarea se direccione hacia adelante de manera más clara, práctica y flexible. También cuando se genera la confianza necesaria para asumir, informar y revisar la equivocación para mejorar hacia futuro.
Estrategias para cometer menos errores
Para minimizar los errores el experto mencionó varias estrategias, la concentración y la presencia en el momento presente son esenciales para reducir la ocurrencia de errores, simplificar procesos y evitar depender demasiado de la memoria también pueden ayudar.
“Dar la posibilidad de reintentar después de revisar aquello en lo que nos equivocamos para comprobar la capacidad de hacerlo bien en una segunda oportunidad es parte del proceso de aprendizaje”, añadió.
Aceptando que los errores son una parte natural de la experiencia humana, es importante centrarse en cómo respondemos a ellos. En lugar de verlos como fracasos, se deben verlos como oportunidades de aprendizaje y mejora. Pajés destacó que "lo importante no es lo que nos pasa cuando nos equivocamos, sino qué hacemos con eso que nos pasa, la reacción que podamos tener". Reconocer el error y buscar soluciones es clave para avanzar.
Existe una diferencia
Además, es importante diferenciar entre la autoexigencia y la excelencia. La autoexigencia significa presionarnos para alcanzar ciertos resultados vinculando el éxito con nuestra identidad. Por otra parte, la excelencia se centra en hacer lo mejor posible en cada momento, aceptando los errores como parte del camino hacia la mejora continua. La excelencia permite el error, mientras que la autoexigencia no.
Referente a que si el error es considerado un fracaso o no, Pajés menciona que si el humano interpreta los errores como fracaso difícilmente dará oportunidad al aprendizaje, a la posibilidad de un cambio, algo que puede generar miedo. "Nadie alcanza resultados satisfactorios sin haber cometido algún error", finalizó.
