Diez lecciones de podcasting que aprendí tras superar 100 episodios y por qué deberían aplicarlas
Un podcast puede ayudarte a construir tu marca personal, hacerte más visible y viralizar tus publicaciones. También puede ampliar tu red de contactos de formas inesperadas. Cómo generar un impacto y dar a conocer tu voz.

Uno de mis primeros recuerdos de la infancia es jugar con la grabadora Panasonic RQ-341 de mi mamá de los años ochenta. Cuando ella no la usaba para sus prácticas de piano y grabar nuestros recitales de violín, yo la usaba para presentar un programa de radio imaginario desde el armario de mi habitación. Me grababa narrando cuentos infantiles y presentando entrevistas de mentira con invitados imaginarios entre los que se encontraban mi robot Nintendo y mis animales de peluche favoritos.

Siempre me encantó la idea de poder capturar y reproducir momentos en el tiempo. Compré mi primer iPod Mini de Apple en 2005, no necesariamente para escuchar música, sino para escuchar los primeros podcasts que se publicaron. Por aquel entonces era una tendencia que recién comenzaba, pero enseguida me enganché a programas como Rocketboom, PRI's The World y NPR News Now, una forma práctica de estar al día con las noticias cuando era estudiante de MBA.

Desde entonces, el podcasting ganó una enorme popularidad, con casi 500 millones de oyentes en todo el mundo y más de 3 millones de podcasts activos. Yo lancé mi podcast Career Relaunch en 2016 y, tras ocho años online y más de 100 episodios publicados, aprendí muchas cosas sobre los misterios del podcasting y sobre mí mismo, que espero que te resulten útiles si estás pensando en iniciar tu propio podcast.

 

 

1. Empezar en algún lado

Antes de publicar mi podcast al público, quería que todo pareciera y sonara muy pulido. Después de todo, cuando estás poniendo tu voz ahí afuera para que el mundo la escuche, querés estar orgulloso de lo que se publica. Querés que tu podcast tenga un título pegadizo, una portada elegante, audio de alta calidad, contenidos atractivos e invitados convincentes.

Pasé mucho tiempo intentando encontrar el título perfecto del programa, el material gráfico y la alineación de invitados iniciales. Sin embargo, enseguida me di cuenta de que el podcasting no es diferente de cualquier otra forma de creación de contenidos en la que es inesperado que tu mejor trabajo salga a la luz nada más empezar. Aunque estaba contento con el resultado de los episodios 1-10, la calidad de la producción de los episodios 91-100 fue mucho mejor después de optimizar, ajustar y aprender en el camino.

Lección: quizás los episodios de tu podcast no sean perfectos durante los primeros lanzamientos, pero no dejes que eso te impida empezar el programa. Es casi seguro que irás ajustando, iterando y mejorando sobre la marcha. Pero tenés que sacar ese primer episodio para que comience este proceso de aprendizaje.

 

 

2. Herramientas adecuadas de estudio hacen la diferencia

Siempre tuve una configuración de podcasting más bien de bajo presupuesto en la oficina de mi casa. El podcasting no es mi principal  trabajo o fuente de ingresos, por lo que nunca pude justificar la creación de una configuración de estudio «profesional». Cuando empecé, tenía un micrófono muy básico y un soporte de micrófono algo engorroso que compré en eBay. Me limité a las herramientas que tenía, pero más tarde me di cuenta de que mi capacidad creaba mucha fricción cuando iba a grabar un nuevo episodio.

Con el tiempo, invertí en un micrófono más versátil y fácil de usar, un cómodo brazo articulado que podía girar fácilmente para colocarlo en su sitio y un mejor software de captura de audio. Ojalá lo hubiera hecho antes porque hizo que el proceso de podcasting fuera más agradable.

Lección: no necesitás gastar una fortuna en un estudio caro, pero invertir en un micrófono y un soporte/brazo decentes te va a hacer la vida más fácil.
 

 

 

3. La constancia es la mitad de la batalla

El podcasting no es ciencia espacial, pero tampoco es tan fácil como puede parecer. A pesar de que lo disfruto, probablemente invierto al menos 10 horas en cada episodio, desde encontrar, investigar, incorporar y entrevistar a un invitado hasta revisar la entrevista, grabar la voz en off y trabajar con mi ingeniero de sonido en el pulido del episodio, pasando por la creación del guión, el material gráfico y las publicaciones en las redes sociales.

El podcasting requiere un compromiso implacable, dedicación y un deseo genuino de crear contenidos atractivos semana tras semana.

Probablemente, la mayoría de la gente puede animarse a grabar un puñado de episodios y subirlos a Spotify y Apple Podcasts. Sin embargo, invertir el tiempo, la energía y el esfuerzo necesarios para crear muchos episodios a lo largo del tiempo no es para los ansiosos. Según Amplifi y Podnews, casi la mitad de los podcasts tienen menos de tres episodios, y sólo uno de cada cuatro programas subió un nuevo episodio en el último año. 

 

Lección: el simple hecho de publicar un episodio con frecuencia regular te pondrá por encima de la mayoría de los programas del mercado.

 

4. Cada episodio no tiene que ser asombroso

A veces puedo ser bastante perfeccionista. Le pueden preguntar a los ingenieros de sonido con los que trabajé durante los últimos ocho años en mi podcast. Mi perfeccionismo se interpuso con frecuencia en mi camino para publicar todo el contenido que me gustaría.

Durante las últimas ocho temporadas de mi programa, tuve unos cuantos episodios con los que no estaba 100% contento. Sin embargo, después de grabar más de 100 episodios de podcast, sólo tuve uno que decidí no emitir. Eso no se debe a que estuviera 100% contento con los demás episodios. Es porque decidí publicar incluso esos episodios a pesar de que no mostraban mi mejor trabajo.

 

La coherencia con el podcasting te llevará muy lejos. Volviendo a las estadísticas anteriores, si publicaras al menos 10 episodios de podcast, contando uno en el último año, eso te situaría inmediatamente en el 25% de los mejores podcasts que alcanzaron este umbral, independientemente de la calidad real de tu programa.

Lección: cuando se trata de podcasting, el perfeccionismo tiene desde luego sus méritos, pero no cuando se interpone en el camino de la coherencia.

 

5. Delegar las tareas técnicas a expertos

En los primeros días de mi podcast, aunque contraté a un ingeniero de sonido para optimizar el sonido y mezclar la música, yo mismo hacía gran parte de la edición del contenido, tomando decisiones sobre qué partes de una entrevista conservar o eliminar. También diseñé el material gráfico de los episodios y escribí todos los textos de los episodios. Mis puntos fuertes y mis habilidades como conferencista y consultor de carrera no están necesariamente relacionados con ninguna de esas tareas.

 

Aunque a la mayoría le puede parecer obvio delegar tareas que no entran dentro de su principal área de especialización, yo me resistía a soltar parte del control editorial con mis primeros episodios porque tenía una visión muy específica de lo que quería lograr.

Lección: hacerlo todo uno mismo puede ser tentador, sobre todo si no estás obteniendo ingresos significativos de tu podcast. Sin embargo, contratar a los expertos adecuados para que te ayuden con el diseño artístico, la producción, la música o el contenido te permitirá centrarte en presentar el programa.

 

6. Encontrar a los invitados adecuados

Si, como yo, sos el anfitrión de un podcast basado en entrevistas, la calidad de tus invitados tendrá un impacto directo en la calidad general de tu programa. 

 

Probé todo tipo de herramientas, incluidos los servicios de búsqueda de invitados y presentadores de podcasts, los recursos de convocatoria de los medios de comunicación y las redes sociales para descubrir posibles invitados para mi programa. También recibo lanzamientos de representantes de relaciones públicas e invitados en perspectiva que quieren presentarse en mi podcast casi todos los días.

Sin embargo, encontré a mis mejores invitados utilizando vías analógicas que incluyen contactar personalmente a alguien con una interesante historia que apareció en las noticias, aprovechar mi red de contactos profesionales o incluso charlar con un desconocido sobre mi programa. Identifiqué a posibles invitados en mis talleres sobre carreras profesionales, bodas, hoteles e Instagram.

Lección: con frecuencia, las personas que pueden compartir las historias más genuinas no son las que compiten proactivamente por ser invitadas a un programa.

 


7. El patrocinio no es la única medida del éxito

Durante los primeros días como presentador, me sentía presionado para ganar dinero con mi programa a pesar de que no creé un podcast por este motivo. Un amigo de San Francisco, con mentalidad comercial, que siempre me preguntaba: “¿Ya estás haciendo dinero con tu podcast?”.

El podcasting requiere tiempo, energía y dinero. Es comprensible que muchos podcasters quieran obtener algo a cambio para hacer que el esfuerzo valga la pena. El patrocinio puede ser una forma de hacer dinero con su podcast. Además, existe la percepción de que los programas con patrocinadores son los que tienen una audiencia lo suficientemente grande como para atraer a posibles anunciantes.

Aunque me asocié con marcas en mi podcast, creando ingresos por afiliación, mi intención al crearlo nunca fue comercial. Muchos podcasts existen por razones distintas a la de generar ingresos.

 

Lección: hacer dinero con tu podcast no es la única medida del “éxito”. El podcasting puede ayudarte a establecer credibilidad, ampliar tu alcance, tener una salida creativa, compartir tus ideas o marcar la diferencia. Por encima de todo, exponer tus ideas para que el mundo las escuche puede ser gratificante.

 

8. Los beneficios ocultos

Más allá de compartir mi voz con los demás, el podcasting me aportó muchos beneficios sorprendentes que no había previsto cuando empecé mi programa hace ocho años. En primer lugar, puede ser un motor de contenidos. Dudo que la mayoría de mis oyentes estén pendientes del feed esperando el próximo episodio, pero saber que tengo una audiencia en más de 170 países me animó a seguir publicando regularmente nuevos episodios.

Además, el contenido de los podcasts puede reutilizarse. Muchos de mis posts escritos se inspiran en las conversaciones que mantuve en mi podcast. El contenido de mi boletín se construye a partir del contenido de mi podcast. Las presentaciones que hago al público en mis talleres sobre el cambio de carrera incluyen clips de audio de mis episodios, lo que hace que mis sesiones sean más relatables, dinámicas y atractivas. Las ideas que alimentan mi orientación profesional surgen de las historias que los invitados a mi programa compartieron conmigo.

 

Lección: un podcast puede ayudarte a construir tu marca personal, hacerte visible y destacado en distintos medios y publicaciones. También puede ampliar tu red de contactos de formas inesperadas. 

Gracias a mi podcast, conecté con invitados de más de 15 países con los que nunca me habría cruzado de otro modo, con algunos sigo en contacto años después de la emisión de su episodio, incluidos los que ahora considero amigos.

 

 

9. Dedicarse al podcasting por las razones correctas

Para algunos, el podcasting puede ser una forma de perseguir la fama, adquirir seguidores o crear una fuente de ingresos adicional. Algunos podcasters presentan programas con una popularidad y un alcance envidiables, generando lucrativos patrocinios. Sin embargo, al igual que ocurre con cualquier empresa, hay que estar en el rubro por las razones correctas para sobrellevar los altibajos en el camino. 

Lección: si estás interesado en el podcasting por motivos comerciales, es difícil que esa motivación por sí sola te impulse a través del arduo proceso de crear episodio tras episodio, temporada tras temporada.

Yo mismo estuve a punto de tirar la toalla con mi podcast en los primeros días debido al tiempo que me llevaba, pero mi motivación para seguir sacando episodios se debió a mi propio interés personal en cambiar de trayectoria profesional, al tema de mi programa y a mi pasión y disfrute en torno a la creación de contenidos de audio.

 

 

10. Puede tener un impacto real

Vivimos en una época en la que muchas formas de creación de contenidos y puntos de venta están a disposición de cualquiera que quiera compartir sus ideas con el mundo. Desde la publicación en las redes sociales hasta la filmación de vídeos en YouTube, pasando por la organización de seminarios web, la redacción de artículos de blogs o la participación en conferencias, no faltan formas de dar a conocer sus ideas al mundo.

A lo largo de los años me encantó presentar mi podcast. Sinceramente, no hubiera alcanzado este punto en mi carrera sin mi programa, y ser podcaster se convirtió en una parte fundamental de mi identidad profesional y creativa.

Lección: el podcasting requiere esfuerzo, tiempo, energía y compromiso, no es para todo el mundo. Sin embargo, si alguna vez te preguntaste cómo hacer para que se escuche tu voz, es una de las formas más accesibles, eficaces e íntimas de alcanzar una audiencia global. Si una sola persona escucha tu voz y aprende algo nuevo, o siente algo que dijiste, ya generaste un impacto en su vida. Sólo por eso merece la pena hacer podcasting.

Nota publicada en Forbes US.