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SIEMBRA DIRECTA
Macroeconomía

Paraguay es líder en siembra directa, la región Oriental está cubierta en un 98% con esta técnica

Fabrizio Meza Periodista

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La siembra directa transformó la agricultura en Paraguay, posicionando al país como líder global en esta técnica que combina alta productividad con sostenibilidad. Con más del 98% de la superficie sojera cultivada bajo este sistema.

16 Agosto de 2024 08.09

La siembra directa revolucionó la agricultura y Paraguay se posicionó como líder en esta técnica, que no solo aumenta la productividad, sino que también promueve la sostenibilidad. 

Actualmente, según un informe reciente de la Federación Paraguaya de Siembra Directa para una Agricultura Sustentable (Fepasidias), la superficie destinada al cultivo de soja en Paraguay alcanzó las 3.505.071 hectáreas. De esta área, el 98% (3.427.134 hectáreas) se cultivó utilizando la técnica de Siembra Directa o con cobertura del suelo.

La siembra directa comenzó a tomar forma en Paraguay a finales de los años 70. Martín Cubilla, presidente de la Fepasidias, mencionó que esta técnica tuvo su origen en Brasil. Pero no fue hasta  los años 80 que llegó al país y ganó fuerza en la década de los 90 gracias a un proyecto de cooperación para la conservación y recuperación de suelos en el país.

Principios fundamentales de la siembra directa

La siembra directa se basa en tres pilares, la cobertura permanente del suelo, la no remoción del suelo y la rotación y diversificación de cultivos. Cubilla destaca la importancia de mantener siempre el suelo cubierto con especies vegetales, vivas o muertas, para protegerlo del impacto directo de las gotas de lluvia y evitar la erosión. 

“Conlleva a lo que es principalmente las condiciones ideales de producción, ideales para el desarrollo de las plantas”, añadió.

Además, la no remoción del suelo, que implica una mínima labranza, y la rotación de cultivos son prácticas que contribuyen a la salud del suelo y a una producción más sostenible. Estas prácticas, combinadas, generan condiciones ideales para el desarrollo de las plantas, lo que se traduce en mayores rendimientos.

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Impacto en la productividad y rentabilidad

Uno de los puntos más destacados de la siembra directa es su impacto directo en la productividad y rentabilidad de los cultivos. Según Cubilla, la adopción de esta técnica en conjunto con la biotecnología en los años 2.000 permitió un incremento significativo en los rendimientos de soja en Paraguay. 

“Pasamos de un promedio nacional de 1.500 kg por hectárea en los años 70 y 80, a 2.800 kg por hectárea en la actualidad, gracias a la siembra directa y a la biotecnología”, expresó.

Este aumento en la productividad tiene un impacto económico directo.  Además, al reducir el uso de agroquímicos gracias a la rotación de cultivos y la diversificación de especies, los costos de producción disminuyen, lo que mejora aún más la rentabilidad.

“El beneficio económico es directo y es muy superior al sistema tradicional de producción”, explicó.

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Desafíos y futuro de la siembra directa

A pesar de los avances, Cubilla reconoce que aún existen desafíos importantes. El rendimiento promedio de soja en Paraguay se estancó en los últimos años, y el país enfrenta la tarea de superar la barrera de los 3.000 kg por hectárea. 

“Aunque algunos productores ya están logrando rendimientos de 5.000 a 6.000 kg por hectárea, el desafío es elevar el promedio nacional”, destacó.

El futuro de la siembra directa en Paraguay depende de la continuidad en la adopción de prácticas sostenibles y del fortalecimiento de la investigación y la innovación en el sector agrícola. 

Por último, el presidente de Fepasidias consideró  que el beneficio de esta técnica no es solo económico, sino también ambiental y social, y que el país está en una posición privilegiada para seguir liderando a nivel global en este ámbito.

Martín Cubilla, presidente de Fepasidias.
Martín Cubilla, presidente de Fepasidias.
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