Hace más de 120 años que el río Paraguay no está tan bajo y la situación incluso podría empeorar
La situación cíclica del río Paraguay no solo es un fenómeno climático, sino un desafío económico profundo que requiere una atención constante. La adaptabilidad y la planificación estratégica serán esenciales para minimizar el impacto en la economía nacional y asegurar la estabilidad del comercio y la producción energética en el país.

La bajante del río Paraguay, que ha alcanzado niveles históricos alarmantes, está poniendo a prueba la resiliencia de la economía nacional. Según el último reporte del hidrómetro del Puerto de Asunción, el nivel del río se encuentra 92 centímetros por debajo del cero hidrológico, marcando la mínima histórica en 120 años. Esta situación, que ha mostrado una tendencia descendente, está generando una serie de repercusiones económicas significativas en el país.

Según el Ingeniero Benjamín Martínez, Jefe de dragado de la Administración Nacional de Navegación y Puertos (ANNP) el descenso en los niveles del río ha reducido la capacidad de carga de las embarcaciones. Las barcazas, que antes transportaban grandes volúmenes de mercancía, ahora deben dividir su carga en hasta 18 camiones para completar el traslado, resultando en una reducción del 50% en el volumen movilizado.

Benjamin Martinez ANNP

Este problema de capacidad incrementa considerablemente los costos operativos. Los gastos en combustible y tiempo se han duplicado debido a las complicaciones en la navegación, lo que genera un sobrecosto considerable para las empresas involucradas. El Ingeniero Martínez, confirma que el descenso continuará y que las autoridades temen incluso una intensificación de la crisis en los próximos meses.

La bajante del río no solo afecta la logística de transporte, sino que también tiene un impacto directo en los precios de los productos importados. Iván Dumot, presidente del Centro de Importadores del Paraguay (CIP), advierte que entre la apreciación del dólar y la bajante del río, se está provocando un aumento en los precios de los productos importados, con reajustes de entre el 5% y el 10% previstos para el último trimestre del año.

El aumento en los costos de los productos importados, especialmente los combustibles, tiene un efecto en cadena sobre la inflación y la canasta familiar. La situación es aún más grave cuando se considera la dependencia de Paraguay de sus vías fluviales para el comercio exterior y la producción de energía hidroeléctrica. La Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco) también ha señalado que la producción agrícola podría enfrentar una presión adicional debido a la combinación de la bajante del río y el aumento del dólar.

Iván Dumot, titular del CIP.

''Sabemos que el fenómeno de la bajante del río Paraguay es cíclico, pero se ha vuelto alarmantemente recurrente en los últimos años y eso crea un entorno de incertidumbre. Tanto las autoridades como el sector privado tenemos que trabajar conjuntamente para desarrollar estrategias más robustas y adaptables para enfrentar estos desafíos de manera continua'', afirmó Dumot.

Para mitigar el impacto de la bajante, la ANNP ha intensificado las tareas de dragado en puntos críticos a lo largo del río. Estos esfuerzos buscan mantener la navegabilidad en niveles aceptables y evitar el colapso total de las rutas fluviales. Sin embargo, a pesar de estas medidas, las demoras y sobrecostos son inevitables, lo que pone en riesgo el abastecimiento y afecta la competitividad de los productos paraguayos en el mercado internacional.

Por su parte, desde el Centro de Armadores Fluviales y Maritimos, Cafym, destacan que esta bajante persistirá durante los próximos 30 a 40 días, con una leve mejora esperada en octubre debido a las lluvias pronosticadas. No obstante, el nivel del río podría seguir significativamente por debajo de los registros históricos, a pesar de una posible ligera recuperación en el corto plazo.

La navegación en el tramo norte del río, desde Asunción hasta Fuerte Olimpo, está casi paralizada, afectando el tránsito de grandes convoyes y el transporte de cargas esenciales como clinker y combustibles. En el tramo sur, aunque se han realizado mejoras en los canales críticos gracias al dragado, la situación sigue siendo precaria.

Se recomienda a empresarios y usuarios del transporte fluvial preparar medidas de contingencia, ya que la situación podría empeorar según los pronósticos hidroclimáticos hasta fin de año.