Negocio del combustible: la evolución de las estaciones y el duelo contra la interferencia política

Verónica Ortega, Directora del Grupo MAO y Arlette Zapag, Directora de Copetrol son parte del negocio del combustible y durante el Mujeres Power Summit compartieron su experiencia como testigos de toda la evolución que experimentó este sector en los últimos 20 años. Si bien el principal enfoque está en la venta de combustibles, las estaciones de servicios se convirtieron en el enfoque innovador que cambia la perspectiva del gasto a la experiencia. 

En su caso, Ortega mencionó que entró a la empresa familiar a los 19 años y fue una de las cinco mujeres que empezó a trabajar en la planta. Explicó que su principal desafío fue aplicar un nuevo concepto al negocio del combustible agregando lo que hoy en día representan las tiendas de conveniencia. 

"Este nuevo concepto de las tiendas de conveniencia, a nadie le gusta cargar combustible, vos te vas, te sacan plata y te ponen algo que vos no ves encima. Entonces era bueno, cómo podemos hacer que esto sea un poco más de gusto", dijo. 

Arlette Zapag, también líder en su compañía comentó que está hace 30 años en el mercado de combustibles y arrancó moviéndose en el sector retail o minorista, siendo una de las partícipes de los cambios que tuvo el negocio. 

"La evolución que hoy ves en las tiendas, estaciones de servicios enormes, ves las unidades gastronómicas. Entonces, hoy la estación de servicios es un conjunto de servicios a favor del consumidor, no solamente para su vehículo, sino toda su necesidad", añadió. 

Un Paraguay competitivo

Zapag mencionó que la evolución del negocio es sorprendente y todo lo aplicado hasta el día de hoy llevó a posicionar al país con una de las mejores infraestructuras. "Paraguay tiene, en cuanto a estaciones de servicio e infraestructura, la mejora de la región", dijo. 

Comentó que la competencia que existe en el país es altísima y no está relacionada al mercado ni a la cantidad, ni tampoco al nivel que se tiene sino más bien a la diferenciación que se aplica en las estaciones. 

Explicó que lo fundamental se volvió que el consumidor mire la estación, se baje para ir al baño, comer algo y tomar un café para después vender el combustible, que es el producto principal del negocio. 

Nuevo decreto, interferencia política en el negocio

 Ortega habló también acerca del nuevo decreto del Poder Ejecutivo que regula la venta de combustible bunker y señaló que una normativa que pueda llegar a cambiar las reglas del juego o las condiciones para los jugadores del mercado siempre preocupa al sector. 

"Nosotros siempre instamos a un análisis previo o llamar a un diálogo entre todos nosotros, los jugadores con el estado", dijo y agregó que no está en contra de los controles sino más bien a favor de que haya una mesa de diálogo y buscar soluciones a las consecuencias que podría generar en el mercado. 

Básicamente, el decreto establece que las empresas que buscan vender combustible búnker deberán tener un tancaje de 16 millones de litros, sin embargo, ninguna del sector privado puede hacerlo por lo que genera una interferencia en el mercado.

"Encima te piden un tancaje que tiene 16 millones de litros cuando en todo el mercado vendemos 11 millones de litros, no tiene mucho sentido", argumentó. Zapag comentó que el rubro depende mucho de factores externos y para ellos, uno de ellos que es bastante determinante es la política. 

"La política interfiere en nuestro rubro", añadió. Indicó que no sólo se trata por el decreto de venta de combustible búnker, sino también por la ley municipal que fue levantada en el 2019 que establecía que las estaciones de servicios se podrían ubicar a 1.000 metros de distancia. 

"Le afecta al consumidor final y a ustedes como empresarios tener muchas estaciones de servicios en todos lados, innecesariamente", dijo. Ortega comentó que buscan una conversación con el Estado para entender el fin del decreto y explicar las consecuencias sobre el mercado dado que podrían darse muchos efectos colaterales. 

Zapag, por su parte, comentó que el decreto afecta el costo de los fletes fluviales, lo cual impacta sobre los productos que se transportan a través de este medio, y por ende, afecta al consumidor final que comprará productos con aumentos de precios.