Según el Índice de Precios al Consumidor (IPC) la inflación de marzo fue de -0,2% y estuvo explicada por disminuciones en los precios de rubros volátiles. El reporte realizado por el Banco Central del Paraguay (BCP) demuestra cuáles son los aumentos y disminuciones en este mes.
Manuel Ferreira, economista y exministro de Hacienda, señaló que el mercado agrícola mundial está enfrentando diferentes escenarios que obligan al campo a tomar decisiones para seguir subsistiendo. Señaló que en el mundo existe un exceso de producción que genera una baja de precios.
Paraguay puede cubrir la demanda local de tomate a pesar de factores climáticos y falta de infraestructuras. Francisco Meza, ex titular de la UNPFP dijo que el país necesita necesita unos 72 millones de kilos de tomate al año.
Los productores de soja arrancan en septiembre próximo la nueva campaña de siembra y, en medio de las oportunidades que representan las buenas condiciones de los suelos en algunas zonas, viven la preocupación de los altos costos de producción y la baja de los precios internacionales.
Los precios internacionales de la soja siguen cayendo y, según los últimos datos, acumula una caída del 26%. Señalan que la buena producción estadounidense y la débil demanda China mantienen la dinámica de disminución.
Según el USDA, la producción nacional de soja, en la campaña 2024-202 llegaría a las 10,7 millones de toneladas. Los precios a futuro no muestran recuperación y podrían seguir impactando en los ingresos generados por el país.
El aumento en el precio promedio total de la canasta alcanzó un 5,5% en comparación al año anterior, según informe a mayo del 2024 de la Capasu.
Las condiciones locales e internacionales estarían nuevamente incidiendo en los precios del flete lo que representa un aspecto negativo para los productos. En el contexto mundial persisten los conflictos, en tanto, en el país se registra una importante bajante de los ríos.
El maíz sigue arrastrando números negativos en términos de comercio exterior ante los bajos envíos realizados en los últimos meses frente al récord obtenido en el 2022. A pesar de eso, destacan su alta resiliencia y sugieren que este commodity se quedará para ganar las batallas.
La relación entre el índice S&P GSCI Commodity y el S&P 500 está en mínimos históricos, lo que sólo sucedió antes de 1973 y durante la burbuja tecnológica de los 2000.
Entre los precios que llamaron la atención están los grandes aumentos de los hoteles, los pasajes de metro, las entradas a eventos culturales y los diversos impuestos relacionados con el turismo.
